Félix Samaniego
La zorra y la cigüeña (Fabula)
Una Zorra se empeñaEn dar una comida a una Cigüeña; La convidó con tales expresiones, Que anunciaban sin duda provisiones De lo más excelente y exquisito. Acepta alegre, va con apetito;Pero encontró en la mesa solamente jigote claro sobre chata fuente.En vano a la comida picoteaba, Pues era para el guiso que miraba Inútil tenedor su largo pico.La Zorra con la lengua y el hocico Limpió tan bien su fuente, que pudiera Servir de fregatriz si a Holanda fuera. Mas de allí a poco tiempo, convidada De la Cigüeña, halla preparadaUna redoma de jigote llena;Allí fue su aflicción, allí su pena; El hocico goloso al punto asoma Al cuello de la hidrópica redoma,Mas en vano, pues era tan estrecho, Cual si por la Cigueña fuese hecho. Envidiosa de ver que a conveniencia Chupaba la del pico a su presencia, Vuelve, tienta, discurre,Huele, se desatina, en fin se aburre; Marchó rabo entre piernas, tan corrida, Que ni aun tuvo siquiera la salidaDe decir: Están verdes, como antaño. También hay para pícaros engaño.