Félix Samaniego
Los dos amigos y el oso (Fabula)
A dos Amigos se aparece un Oso:El uno, muy medroso,En las ramas de un árbol se asegura; El otro, abandonado a la ventura, Se finge muerto repentinamente. El Oso se le acerca lentamente;Mas como este animal, según se cuenta, De cadáveres nunca se alimenta,Sin ofenderlo lo registra y toca, Huélele las narices y la boca; No le siente el aliento,Ni el menor movimiento;Y así, se fue diciendo sin recelo:«Este tan muerto está como mi abuelo.» Entonces el cobarde,De su grande amistad haciendo alarde, Del árbol se desprende muy ligero, Corre, llega y abraza al compañero, Pondera la fortunaDe haberle hallado sin lesión alguna, Y al fin le dice: «Sepas que he notado Que el Oso te decía algún recado. ¿Qué pudo ser?» «Diréte lo que ha sido; Estas dos palabritas al oído:Aparta tu amistad de la personaQue si te ve en el riesgo, te abandona.»