Félix Samaniego
El ciervo en la fuente (Fabula)
Un Ciervo se mirabaEn una hermosa cristalina Fuente; Placentero admirabaLos enramados cuernos de su frente, Pero al ver sus delgadas, largas piernas, Al alto cielo daba quejas tiernas. «¡Oh dioses! ¿A qué intento,A esta fábrica hermosa de cabeza Construir su cimientoSin guardar proporción en la belleza? ¡Oh qué pesar! ¡Oh qué dolor profundo! ¡No haber gloria cumplida en este mundo!» Hablando de esta suerteEl Ciervo, vio venir a un lebrel fiero. Por evitar su muerte,Parte al espeso bosque muy ligero; Pero el cuerno retarda su salida, Con una y otra rama entretejida.Mas libre del apuroA duras penas, dijo con espanto: «Si me veo seguro,Pese a mis cuernos, fue por correr tanto; Lleve el diablo lo hermoso de mis cuernos, Haga mis feos pies el cielo eternos:»Así frecuentementeEl hombre se deslumbra con lo hermoso; Elige lo aparente,Abrazando tal vez lo más dañoso; Pero escarmiente ahora en tal cabeza. El útil bien es la mejor belleza.