El caballo y el ciervo

Perseguía un Caballo vengativo A un Ciervo que le hizo leve ofensa; Mas hallaba segura la defensaEn veloz carrera el fugitivo.El vengador, perdida la esperanza De alcanzarlo, y lograr así su intento, Al hombre le pidió su valimiento Para tomar del ofensor venganza.Consiente el hombre, y el Caballo airado Sale con su jinete a la campaña;Corre con dirección, sigue con maña, Y queda al fin del ofensor vengado. Muéstrase al bienhechor agradecido; Quiere marcharse libre de su peso;Mas desde entonces mismo quedó preso, Y eternamente al hombre sometido.El Caballo que suelto y rozagante En el frondoso bosque y prado ameno Su libertad gozaba tan de lleno, Padece sujeción desde ese instante.Oprimido del yugo ara la tierra; Pasa tal vez la vida más amarga; Sufre la silla, freno, espuela, carga, Y aguanta los horrores de la guerra.En fin perdió la libertad amable Por vengar una ofensa solamente. Tales los frutos son que ciertamente Produce la venganza detestable.

Félix Samaniego