Félix Samaniego
El gallo y el zorro (Fabula)
Un Gallo muy maduro,De edad provecta, duros espolones, Pacífico y seguro,Sobre un árbol oía las razonesDe un Zorro muy cortés y muy atento, Más elocuente cuanto más hambriento. «Hermano, le decía,Ya cesó entre nosotros una guerra, Que cruel repartíaSangre y plumas al viento y a la tierra; Baja; daré, para perpetuo sello,Mis amorosos brazos a tu cuello». «Amigo de mi alma,Responde el Gallo, ¡qué placer inmenso, En deliciosa calma,Deja esta vez mi espíritu suspenso! Allá bajo, allá voy tierno y ansioso A gozar en tu seno mi reposo. Pero aguarda un instante,Porque vienen, ligeros como el viento Y ya están adelante,Dos correos que llegan al momento, De esta noticia portadores fieles,Y son, según la traza, dos lebreles.» «Adiós, adiós, amigo,Dijo el Zorro, que estoy muy ocupado; Luego hablaré contigoPara finalizar este tratado.»El Gallo se quedó lleno de gloria, Cantando en esta letra su victoria: Siempre trabaja en su dañoEl astuto engañador;A un engaño hay otro engaño A un pícaro otro mayor.