Historias del Bosque Musical

-De cómo la brujita Adelaida conquistó el reino de las palabras-

En el bosque musical donde vivía la Brujita Adelaida, las palabras cansadas de hacer silencio se fueron poco a poco a otro lugar. Al principio nadie se dio cuenta, tan ocupado estaba el bosque y sus habitantes inventando sonidos, construyendo instrumentos de viento, de lluvia, de truenos y relámpagos, que las palabras se fueron sin despedirse.

Una mañana la brujita se levantó y quiso llamar a su gato pero se había olvidado su nombre porque no le salió ni una palabra de la boca, tuvo que silbar para encontrarlo, luego se fue a su taller a trabajar en unas nuevas fórmulas mágicas que llenarían de distintos sonidos a las hojas de los árboles. Era una buena idea y ella estaba orgullosa con su invento. Cada hoja tendría su sonido y al caer en otoño los árboles entregarían al bosque una hermosa canción, también tenía una fórmula musical para la primavera cuando las hojitas comenzaran a crecer y estaba trabajando una complicadísima magia para el invierno.

Adelaida habia escrito sus conjuros en un cuaderno y cuando se disponía a leerlas abre la tapa y ¡Oh, gran sorpresa!!, el cuaderno está vacío, las hojas en blanco, sin ninguna letra escrita. Quiso pedir auxilio a la Bruja Madre que se llamaba Esmeralda, pero nada, había perdido las palabras, seguramente se habían fugado una tras otra, de letra en letra haciendo fila india como las hormigas y traviesas se habían escondido en algún hoyo.

Ese día todos los habitantes del bosque se dieron cuenta, a medida que despertaban y daban sus tres bostezos, como era su costumbre, que no podían comunicarse porque las palabras se habían ido para siempre de sus bocas.

Sorprendidos y asustados se encontraron todos en la plaza del pueblo que era el lugar donde siempre se reunían para resolver los grandes problemas. El intendente, con un gesto, hizo tocar la trompeta a la banda municipal para anunciar que iba a iniciar un discurso. El intendente era muy distraído y no recordaba que el motivo de la reunión era solucionar el problema de las letras que se habían escapado no sólo de sus bocas, sino de todos los libros, cuadernos y cuanta cosa escrita hubiera en el bosque musical. Entonces señaló a todos los presentes con el dedo, se tocó la boca, negó tres veces con la cabeza, como diciendo no tengo palabras, no tengo palabras, no tengo palabras y a continuación se encongió de hombros.

Todos se enojaron, si bien era cierto que el intendente era un plomo que siempre daba laaaaaaargooooos discursos, no era justo que él también se quedara sin palabras en este momento, entonces cada uno de los habitantes del bosque comenzó a tocar un instrumento, cacerolas, tachos, violines, guitarras, tambores, cornetas, flautas y cualquier objeto que sonara y se armó un batifondo bárbaro. Tanto ruido hicieron que las letras, que siempre habían sido muy curiosas salieron una a una de su escondite y se asomaron por los huequitos de los árboles, primero timidamente y después de cuerpo entero, se posaron en cada rama como si fueran pajaritos.

La brujita Adelaida que era muy inteligente las vió y en puntillas de pie recogió dos redecillas de cazar mariposas y las fue atrapando, las letras no tuvieron tiempo de nada, porque todos los niños, los papás, las mamás y hasta los abuelos más viejitos se dedicaron a atrapar letras en sus redes de mariposas.

Una vez que las atraparon a todas, la brujita se señaló el pecho como diciendo yo, hizo un gesto con la mano como si sostuviera un lápiz sobre una hoja invisible, como diciendo escribiré, giró la mano dos veces esto quería decir de vuelta y luego abrió los brazos como abarcando al mundo entero afirmando Todo.

¿Ella iba a realizar la difícil tarea de escribir de vuelta toooodo lo que estaba escrito?

Formaría nuevamente cada palabra, sacando las letras rebeldes de cada red y juntándolas como corresponde y ¿quién la ayudaría ? : la brujita señaló a dos nenas muy inteligentes y trabajadoras que se llamaban Erika e Ivana, y todo el pueblo las aplaudió y les deseó buenas suerte haciendo gestos con las manos: unos levantaban el pulgar, otros hacían la V de la victoria y así terminó ese día , pero todavía la brujita Adelaida y sus ayudantes no habían conquistado el reino de las palabras.

Adelaida entró a la casa con Erika e Ivana, silbó para llamar a su gato Bola Blanca que era redondito y blanco como un copo de algodón o como un helado de crema americana. Golpeó las manos para indicarles a las nenas que fueran a dormir que mañana sería otro día sin palabras y que había que trabajar mucho para volverlas a armar. Escondió las bolsas de letras en un gran baúl y luego las encerró con un candado.

A la mañana siguiente Erika e Ivana tomaron su desayuno con Adelaida y Bola Blanca que tenía su platito con leche tibia y comenzaron a trabajar.

Adelaida dibujando una letra en el aire le indicó a Erika que buscara todas las palabras que empezaran con E y a Ivana todas las que empezaran con O , ella buscaría las áes y las íes y solo quedaban para el final las úes que en realidad eran muy poquitas, pensaba la brujita.

Erika había logrado formar una hilera enorme de palabras con E, empecemos por la más grande:

ELE-ANTE ELEGANTE ENTERO ESPATULA ESTUPIDO ESPARRAGO ENCONTRAR ELEGIR ENSAYAR EMILIA ESTEBAN ELENA . . .

Ivana también formó muchas palabras con O:

OSO ORUGA OLA O-USCADO O-ERTA OCRE ORRIPILANTE OSCURO OSCAR O-ELIA OSAMENTA ORO OMAR . . .

Y Adelaida con í :

IDIOTA IN-ELIZ INGRATA IRMA IRENE IVANA y con a AMIGA AL-AL-A ALELÍ AMARILLO AZUL ALEGRIA ARMADURA ANTIGUO ALMIDÓN ANANÁ ALELÍ AMOR . . .

Y así sucesivamente..... pero...¿ no notan algo raro chicas ?

Adelaida, que para darse cuenta de las cosas era una bruja verdadera, sí lo notó y les señaló la primer palabra . Entonces Erika se dió cuenta que le fataba una letra la F de Elefante y ¿a qué otras palabras le falta la F?

Las tres la empezaron a buscar por toda la casa pero no la encontraron y ahora ¿qué iban a hacer? a Erica y a Ivana se les ocurrió una idea brillante agarraron una E y le quitaron el tercer palito y entonces quedó una F y se la pusieron primero al Elefante y luego a todas las otras palabras. Total, aunque quedaran menos E, de ahora en más todo el pueblo ahorraría la E, por ejemplo si se quieren reír nada de JEJEJE, nos reíremos JAJAJAJA o JIJIJIJI hasta podemos reir JOJOJO como Papá Noel y en lugar de Epa!!! diremos Upa! o Ajá! y no diremos nene sino chico o niño y nada de bebé que lleva dos e, diremos ......niño diminuto o algo por el estilo, nada de sos mi bebé, sino sos mi amorcito, cariñito o alguna otra palabra mimosa.

Y bueno pensaron cosas por el estilo para usar pocas E en todas las palabras, pero Erika protestó un poquito porque no quería llamarse Rika, ella no ahorraría la E de su nombre, entonces Adelaida le dijo que los nombres no se cambiarían porque sería un lío que la gente se llamara de otra manera y que ella también tenía una E y ni loca pensaba sacársela para llamarse ADLAIDA se le trabaría la lengua cada vez que pronunciara su nombre. ¿no?

De todas maneras, la F es una letra muuuuuuy importante y vale la pena perder algunas E. Si a Erika y a Ivana no se les hubiera ocurrido eso, los chicos no podrían cantar más el Felíz cumpleaños, ni decir Felíz Navidad ni la maestra les escribiría a los chicos en el cuaderno Felicitado, piensen chicos qué lío se armaría sin la F. se perdería para siempre en el bosque la Felicidad.

Bueno, después de este contratiempo siguieron trabajando todo el día, hasta escribir todas las palabras que recordaban, las palabras que servían para contar cuentos, para escribir recetas de cocina, para poner letreros en los negocios, para que la brujita Adelaida pudiera escribir sus fórmulas mágicas. Y muy cansadas las tres, cuando la luna finita dibujaba una sonrisa en el cielo, se durmieron en silencio.

Mientras dormían las letras traviesas, orgullosas de ser tan necesarias para la gente que sin ellas no podían hablar, decirse cosas lindas, pelearse, llamar a las cosas por su nombre, etc. etc., decidieron suspender su enojo y volvieron a juntarse.

En un santiamén se metieron en los libros, se encendieron en los letreros de los negocios, en la guía telefónica, en los diccionarios, en fín, volvieron a todos los lugares donde antes estaban y le dejaron un mensaje a la brujita Adelaida que decía así:

Nosotras las letras que formamos todas las palabras hemos decidido perdonar a los habitantes del bosque musical y volver a ser una familia, nos encontrarás en tus libros y en todos los lugares que antes frecuentábamos y como fuiste tan astuta que nos atrapaste y les dimos tanto trabajo a vos y a tus asistentes Erika e Ivana te dejamos esta fórmula mágica para que la gente pueda volver a nombrarnos: Abra la palabra con pata de cabra, todos en la plaza verán lo que pasa, la gente contenta reirá a pierna suelta por que volverán a hablar sin parar. Bueno estás son las palabras mágicas pero una vez que las digas en la plaza se borrarán para siempre de tu mente y de la de tu pueblo. Porque la próxima vez que se olviden de nosotras no volveremos más. Por ahora Adelaida nos has conquistado.

Al día siguiente cuando Adelaida tocó la corneta en la plaza, todo el pueblo se reunió y ella tomando su varita golpeó tres veces el aire y dijo las palabras:

Abra la palabra con pata de cabra todos en la plaza verán lo que pasa la gente contenta reirá a pierna suelta porque volverán a hablar sin parar . Y ni bien terminó todos hablaron, entonces vino el intendente y quiso dar un laaaaaaargo discurso pero la gente le tiró tomates, huevos y pepinos por la cabeza y eligieron como nuevo intendente a la brujita Adelaida y dos ayudantes Erika e Ivana y las tres gobernaron desde ese día el bosque musical.

Adriana B. Agrelo