En una tienda vivían dos amigos: Botellita y Frasquito. Botellita era bajita y un poco gordita mientras que Frasquito era delgado y más alto que Botellita.
Una noche, después de haber cerrado la tienda, Frasquito le dice a Botellita: -Oye amiga, pienso que ha pasado mucho tiempo desde que nos pusieron en estos estantes y nadie nos lleva. -Tienes razón - replicó Botellita - nos vamos a poner feos, llenos de polvo y entonces un día nos echan a la basura sin haber podido conocer nada allá fuera.
-Pues yo no pienso esperar a que eso nos suceda- dijo entonces Frasquito- Te invito a que me acompañes a conocer la ciudad.
-¡Me parece una buena idea! - contestó Botellita - ¿pero cómo vamos a bajar de este estante tan alto?
-No te preocupes amiga. ¿Ves aquella cesta allá abajo llena de bolsas con algodones?. Nos rodamos poco a poco hasta caer en la ella sin partirnos.
-Y después, ¿cómo hacemos para salir de la tienda Frasquito?-. -Muy fácil, por el agujero que utiliza el gato; ese que está en la parte de atrás-.
Así lo hicieron, y en un abrir y cerrar de ojos estaban en la acera de la tienda.
-¡Al fin salimos! mira cuanta gente hay en la calle Botellita-.
-Es verdad Frasquito pero, ¿sabes una cosa?, estoy muy asustada. nunca habíamos estado a mitad de la calle y con tantas personas a nuestro alrededor.
-¡No te asustes Botellita!, observa allá al frente ,hay un parque con mucha grama suave; procuremos ir despacio y con cuidado para ver que encontramos.
En el parque había muchos niños; unos jugando pelota, otros volando papagayos y algunos chocando metras.
-¡Frasquito, mira cuantos niños hay y que contentos se ven!, ¡vamos a acercarnos para jugar con ellos!-.
-Espera Botellita, mejor nos quedamos aquí calladitos porque nos pueden tropezar y partirnos en mil pedazos-.
-¡Ay Frasquito no seas tan desconfiado! si nos acercamos con cuidado quizás algún niño nos necesita y nos lleva para su casa.
-Esta bien Botellita, pero acerquémonos por este lado que parece menos peligroso.
Entonces Botellita y Frasquito fueron hasta donde estaban los niños chocando metras. En eso, escucharon una voz muy fina; era
-Buenas tardes, ¿quienes son ustedes? -preguntó -
-Nosotros somos Botellita y Frasquito -respondieron con voz temblorosa - y no hemos hecho nada malo. Solo vinimos a ver jugar a los niños.
-¡Ah! yo en cambio estoy tan cansada. No hago otra cosa que cargar el peso de las metras de mi dueño y como él es tan buen jugador, cada vez estoy más pesada.
Botellita y Frasquito se miraron, y como ya no estaban asustados se atrevieron a decirle a
-¿Qué le parece si se toma unas vacaciones? -propuso Frasquito-
-¿Unas vacaciones? - preguntó
- Así es - replicó Botellita- y se va de paseo con su pareja a descansar, livianita, livianita.
¡Pues nosotros! Mire, entre los dos tenemos suficiente espacio para guardar todas esas metras que tiene el niño.
-Esta bien - dijo la media- síganme hasta la casa. Al llegar a la casa, el niño fue hasta su cuarto; colocó la media cargada de metras sobre la mesilla de noche y se fue a lavar las manos. Mientras tanto, Botellita y Frasquito, que estaban escondidos bajo la cama, salieron.
-¡Hey! Señora Media ¿dónde está?-
-Aquí mijito, tratando de liberarme de este nudo para sacar las metras. Ah, ah, ¡que apretado está! ¡¡ya!!-.
Por fin lo hizo y corrió rapìdito a buscar en la gaveta a su pareja para irse de vacaciones.
-¡Adiós Botellita, adiós Frasquito! ¡Cuiden bien las metras de mi dueño!-.
-¡No se preocupe Señora Media, así lo haremos!-.En eso escucharon el ruido de una puerta. Era el niño que regresaba, entonces corrieron y se subieron a la mesilla de noche.
-¿Qué pasó aquí? - dijo el niño - todas las metras están regadas por el suelo. ¿Y dónde está la media? Bueno, no importa, las meteré en este frasco y en esta botella-.
Después de hacerlo las colocó en una repisa y dijo: -¡Que bonitas se ven!. ¡Allí mis metras lucen mejor-!
Al salir el niño del cuarto, Botellita y Frasquito se miraron con picardía por haber tenido tan buena idea.
GLOSARIO: PAPAGAYO: Cometa, pandorga, papalote. METRAS: Canicas. MEDIA: Calcetín
NOTA: Los niños venezolanos suelen transportar sus metras o canicas en calcetines viejos o usados.
María Esperanza Lecuna