Al que ostenta valimiento Cuando su poder es tal,Que ni influye en bien ni en mal, Le quiero contar un cuento.En una larga jornada Un Camello muy cargado Exclamó, ya fatigado:«¡Oh qué carga tan pesada!» Doña Pulga, que montada Iba sobre él, al instanteSe apea, y dice arrogante: «Del peso te libro yo.» El Camello respondió: «Gracias, señor elefante.»